REFLEXIÓN PERSONAL SOBRE LA COVID-19

Name:
Rafael Lomeña Varo

e-mail:
eurocamsuite@yahoo.es

Subject:
Pandemia COVID-19 SARS-CoV-2

Date:
26 Dec 2021

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calentamientoglobalacelerado.net

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Literatura científica:


* diario coronavirus en excel EL CORONAVIRUS EN ESPAÑA Y EL MUNDO: MI DIARIO SOBRE EL COVID-19 EN UNA HOJA EXCEL®
(proyecto discontinuado desde MAYO 2021)

Trabajo de análisis y divulgación en el que se recogen novedades de interés relacionadas con la pandemia del coronavirus, especialmente desde el punto de vista científico y dirigido a profesionales sanitarios, periodistas, etc. El proyecto surge a partir de una hoja de cálculo y es accesible tanto en formato HTML como en XLSX (formato hoja Microsoft Excel®) para quien lo desee editar o mejorar.

En esta web-hoja excel completamente abierta se incluye, además de las series de cifras, gran cantidad de enlaces, documentación y datos para profesionales y todo aquel interesado en conocer la crónica de la mayor pandemia conocida en la historia reciente.

 

Algunas personas consideran al COVID-19 una suerte de ensayo a escala global que nos preparará para futuras posibles epidemias, el mayor simulacro mundial jamás realizado como si de un meticuloso programa de entrenamiento se tratase y, a decir verdad tiene cierto sentido si recordamos, por ejemplo, que la bomba nuclear de Hiroshima fue precedida por el lanzamiento de otro artefacto (prueba Trinity) incluso de mayor potencia en el estado de Nuevo México.

Otras voces afirman que aprovechando la transmisión comunitaria mundial de un virus de "perfil bajo" (los coronavirus son viejos conocidos causantes de catarros e infecciones de las vías respiratorias) con sutiles diferencias a nivel genético se declara una pandemia mundial "artificial" sin precedentes para aplicar un reseteo a la economía mundial y abrir una nueva etapa económica marcada, entre otras circunstancias, por un endeudamiento masivo de todas las naciones. Existen incluso líneas argumentales aún más inquietantes. Hace poco me llegó el vídeo de un médico de familia español afincado en Francia hace 20 años que, si bien puede estar equivocado no creo que mintiera en absoluto, y cuya hipótesis, basada en su experiencia y en los fuertes indicios observados por su trabajo de campo llega incluso a cuestionar la existencia de un agente biológico contagioso afirmando que los enfermos de COVID-19 podrían ser en realidad personas irradiadas por fuertes cargas electromagnéticas desde las torres de antenas de telefonía (desvinculando su hipótesis totalmente de la tecnología 5G) y afirmando de forma detallada que todo el cuadro sintomático descrito en estos pacientes COVID-19 es compatible completamente con los efectos de una irradiación y que la localización de los casos que él había estudiado en una amplia zona podían asociarse perfectamente con la ubicación de las antenas verificando incluso un efecto gradiente (inversamente proporcional a la distancia del foco), ya que hasta el momento, ninguna autopsia según el médico había podido demostrar la presencia del SARS-CoV-2. Pocos días después pude comprobar que aunque lo que este doctor planteaba tenía cierta lógica desde su perspectiva, sus afirmaciones chocan con el estudio publicado por un equipo de patólogos de la Universidad de Navarra a finales de agosto en la revista médica Thorax y basado en la autopsia efectuada a 10 pacientes fallecidos por COVID-19 en España, estudio en el que se afirma el hallazgo de ARN viral en el tejido pulmonar del 90% de los pacientes. Al menos es lo que yo he entendido.

Además, todas estas posturas podrían conectarse por supuesto con el controvertido concepto del Nuevo Orden Mundial u otras razones no menos perversas y que, conformadas con mayor o menor solidez documental, constituyen a mi humilde parecer opiniones tan respetables como cualquier otra siempre que puedan sostenerse mínimamente y que puedan aportar ciertas evidencias.

Sin embargo, por mi parte y desde mi limitada posición solo alcanzo a ver dos conclusiones más o menos claras en todo esto, por un lado que este punto de inflexión que consituye la pandemia nos conducirá hacia un cambio de era en muchos planos y aspectos, políticos, económicos, psicosociales y tecnológicos, y por otro, y ésta ya no tan clara, que parece bastante probable que exista un poder desconocido (no público) supranacional con cierta capacidad para ejercer un control inmediato sobre todas las naciones, nadie puede obviar que se ha logrado el confinamiento de la práctica totalidad de la población mundial en pocos días y éste no es precisamente un dato baladí. Pero incluso aunque esta última conclusión fuese cierta no creo que los ciudadanos podamos ni debamos eludirnos de nuestro reducido "espacio de realidad" a través de lucubraciones que escapan por completo de nuestro alcance y cuya verificación nos resulta del todo imposible, al menos en este foro.

Por ello, en cualquier caso y pese a que el índice de mortalidad del virus SARS-CoV-2 causante del COVID-19 pueda no ser tan alto como en otros virus, el potencial de contagio y la inexistencia de vacunas o tratamiento específico es el mayor problema al que nos enfrentamos ya que puede llevar al colapso del sistema sanitario en cualquier momento con consecuencias gravísimas para todos (muertes colaterales), todo ello sin considerar el brutal impacto económico y psicológico que el COVID-19 ya está provocando y cuyos efectos aún se desconocen. Además, al carecer de base científica para afirmar lo contrario decido publicar esta, a mi juicio valiosa información, que tal vez nos ayude a ir avanzando en la nueva normalidad perdiendo el miedo al virus pero no el respeto.

¿Y QUÉ PODEMOS HACER NOSOTROS CONTRA EL COVID-19?

Todos tenemos recuerdos grabados a fuego en nuestra memoria que nos acompañan durante toda la vida. De estos recuerdos y a colación del asunto que nos ocupa voy a relatarle dos muy brevemente pues considero que pueden ser muy representativos y de utilidad para estos tiempos duros y salvajes.

Corría el invierno de 1988 cuando yo trabajaba controlando el stock de un gran bazar de mi ciudad natal y una mañana, uno de los trabajadores de la tienda que andaba bastante resfriado estornudó en la oficina donde estábamos el encargado y yo, seguimos trabajando como si nada. De cómo acabó el encargado no lo recuerdo, pero al cabo de dos días yo estaba en cama con 39 de fiebre y un gripazo de narices.

La segunda anécdota tuvo lugar años después. Acostumbrado a padecer casi una amigdalitis (anginas) por año, un día un compañero de trabajo que era enfermero me comentó que él hacía gárgaras con listerine (o cualquier enjuague bucal con alcohol) en cuanto se notaba algo de picor/dolor en la garganta. Desde ese momento puse en práctica la técnica. Mano de santo.

No hace falta ser virólogo ni epidemiólogo para comprender que ambos ejemplos entrocan directamente con una de las claves fundamentales de la transmisión vírica: la CARGA VIRAL.

Por ello, y ahora sí hablan los expertos, el que una persona sufra la enfermedad asintomáticamente, como una gripe estacional, o necesite ingreso hospitalario depende básicamente de DOS factores:

    1. el estado de su SISTEMA INMUNOLÓGICO (con una relación inversamente proporcional a la edad, entre otros factores)
    2. y de la CARGA VIRAL que reciba su organismo en el momento del contagio.

La edad es un factor determinante e inalterable, pero el estado inmunológico y la carga vírica no lo son.

En lo que al sistema inmunológico se refiere sobra decir que deberíamos mantenerlo lo más fuerte posible mediante una alimentación rica y ayudado quizá por complejos vitamínicos, además en este momento es fundamental evitar en la medida de lo posible contraer enfermedades como el resfriado común o la gripe estacional que pueden poner en jaque nuestro sistema inmunológico haciéndonos más vulnerable frente al COVID-19.

En cuanto a la CARGA VIRAL o CARGA VÍRICA ésta se refiere a la cantidad de copias del virus que entran en nuestro organismo en un contagio y cuanto mayor sea la misma mayores son las probabilidades de proliferación del virus y mayor es el daño que el virus puede provocar en nuestros pulmones mientras nuestras defensas se organizan y fabrican los mecanismos inmunológicos para defenderse.

Debemos saber que NO ES LO MISMO besar a un contagiado, respirar directamente gotículas de saliva de un infectado, o tocar un objeto donde han caído esas gotículas hace 3 horas. Por tanto, VAMOS A INTENTAR POR TODOS LOS MEDIOS QUE CUANDO NOS CONTAGIEMOS LA CARGA VIRAL SEA LA MENOR POSIBLE.

NOTA PERSONAL:
Según el servicio BULOTECA del portal maldita.es como website de referencia dedicado a desmentir bulos y mensajes falsos difundidos por las redes, el contenido de esta última recomendación basada en el sistema inmunológico y la carga viral ha sido avalado, al menos, por dos expertos:

- Quique Caubet, Institut de Investigación de Vall d'Hebron (BCN)

- Manuel Franco, profesor de Epidemiología la Universidad de Alcalá en Madrid y la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins (EE UU)

* * * * *

NOTA AMPLIATORIA:
Aunque algo incompleto/inconcreto en sus resultados y entiendo que siempre en función de las condiciones ambientales de humedad y temperatura, un reciente estudio descubrió que el coronavirus SARS-CoV-2 puede mantenerse activo (con capacidad de contagio):

  • hasta 3 horas en aerosoles (partículas en suspensión que pueden disiparse mediante ventilación)
  • poco más de 4 horas en metales como el cobre (típico en monedas)
  • aproximadamente hasta 24 horas en el cartón y
  • 48 a 72 horas en el plástico y en el acero inoxidable

Fuente: The New England Journal of Medicine

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